EL GRAN PROBLEMA - EL APRIETO DE LA POLÍTICA EN CHILE: LA DESCONFIANZA SOCIAL EN TORNO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS.

Hoy en día, nuestro país está pasando por un mal momento, ya es común contemplar en los medios de comunicación día tras día noticias que desalientan a los chilenos, en torno a la figura de partidos políticos y sus representantes, la constante falta de transparencia de partidos políticos y el financiamiento ilícito de su campañas, la baja honestidad y  la improvisación al momento de tomar decisiones dentro de sus propios partidos y el bajo nivel de profesionalismo y ética de quienes buscan optar a la presidencia, atiende a la población votante, la cual queda sorprendida ante en la actual existencia, del gobierno peor evaluado desde el retorno a la democracia y que los índices de adhesión y aceptación de los partidos políticos por parte de los ciudadanos chilenos, tanto de la oposición como del sector oficialista se hallen por los suelos.


La desconfianza va en aumento hacia el sector político que toma fuerzas,  evidenciado en las pasadas elecciones municipales de Octubre y en la primarias presidenciales del presente año, el ciudadano hoy en día prefiere quedarse en casa, con su familia, amigos, disfrutando del fin de semana que ser parte del proceso electoral con su participación, el alma de una democracia y es lógico cuando día a día quienes se encuentran al servicio de la ciudadanía, se van mezclando,  viendo envueltos en asuntos de corrupción, observamos a representantes políticos, que prometieron cumplir sus promesas electorales a un pueblo y hoy juegan con esas promesas  que al final del día son el sueño de todo chileno, de poder convertir a Chile en un Chile mejor, hoy  percibimos que se encuentran no solo al servicio del pueblo, sino más bien, al  de sus intereses personales, ellos no buscan soluciones a los problemas de nuestra sociedad, quizás como un suave sedante para calmar a la población, quien demanda cambios, pero  ellos ahí se encuentran incrustados como una gema en una mina, en los más profundo de la política, acrecentando más y más sus interés personales.

El financiamiento de campañas políticas y partidos políticos con proyectos de gobiernos fantasiosos, que se desconectan del mundo real y plebiscitos ganados por quienes poseen la influencia, llevan a las élites políticas ir en la búsqueda de dineros oscuros, un donativo que conlleva una gran responsabilidad, ¿gobernantes sirviendo a un pueblo? o ¿gobernantes sirviendo a sus mecenas?, los mismos que financian sus campañas, ahí el dilema, ahí el descontento social, ahí la crisis, ahí empieza el impacto que detonara  no solo en el descontento de la población en la política sino más bien en el mismo sistema democrático.

Los resultados de las pasadas elecciones municipales de nuestro país, arrojaron datos más que evidentes y aun peor, ¡preocupantes!, este fue una rasante abstención electoral que arrojo datos tales como un 34,88 por ciento de la población con derecho a sufragio, ejerció efectivamente su derecho, siendo esta la participación más baja de la historia de Chile desde el retorno a la democracia, factores como los altos índices de corrupción de partidos políticos que hoy salen a luz gracias a medios digitales, como es la ley de transparencia y la eficacia de redes sociales en la masificación de la información y candidatos a repostulación que financiaron sus campañas con dineros negros provenientes de mecenas, muchos de ellos  ligados directamente de las grandes élites empresariales del país, las cuales financiaron de manera irregular a partidos políticos, siendo este uno de los  meollos de desinterés en la política desde la ciudadanía, temas ya imposibles de encubrir, marcando con más fuerza la apatía hacia todo representante político.


Una gran cantidad de partidos políticos, han buscado distintas formas de financiar sus campañas electorales, mostrándose distintos a la vías que se encuentran establecidas en la Ley N° 19.884 sobre transparencia, límite y control del gasto electoral, vías que antiguamente, algunos partidos bajo sus representantes solicitaran a modo personal prácticamente financiamiento a dos empresas específicas, tales fueron Soquimich (SQM) y Grupo Penta, de modo directo y privado, fue conocido este proceso como las "boletas falsas" que simulaba a través de esta boletas o facturas un servicio  prestado a la empresa el cual nunca se realizaba….dinero fácil.  
Hoy en día la sociedad está despertando, si bien no estaba acostumbrada a percibir tantos casos de corrupción, muchos de ellos son publicados y masificados a través de los medios televisivos y redes sociales, dejando en descubierto en los últimos años, a pesar de los grandes esfuerzos que hace el  gobierno para restablecer la situación de desconfianza social que existe en torno a la credibilidad del mundo político de nuestro país, logrando fundar el "Consejo asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de influencias y la corrupción" y modificación además leyes sobre el "financiamiento de la política y del gasto electoral" aun así con todo aquello, la apreciación de la ciudadanía sobre la política persiste en ser negativa.

Frente a este fenómeno del gran desinterés político predominante en nuestro país, diferentes estudios de opinión pública como CADEM - CEP anteriores a las elecciones municipales de Octubre pasado arrojaron que unos de los grandes problemas que hoy siguen siendo inminentes para el actual gobierno, es que ¿hacer con la corrupción? que se escapa de las manos que ya es imposible de camuflar, percibida día a día por la ciudadana, siendo esta solo superada por la delincuencia. Encuestas que arrojaron que existe un alto nivel, siendo un 80 por ciento en la mayoría de encuestados, que existe un proporcionado nivel de políticos comprometidos en casos de corrupción, siendo esta el germen de la "desconfianza" de los ciudadanos chilenos en torno a partidos políticos y ahí la encrucijada ¿qué hacer para retornar esta confianza en la política?, quizás muchos sean los cambios que se puedan construir, pero será solo la ciudadanía quien  al final del día decida, si estos cambios serán a largo plazo o corto plazo, para volver a creer en una democracia que hoy está enferma y que ha generado un impacto en la población como complicación de la misma enfermedad, el descontento social,  el recelo y la implícita corrupción que existe hoy volviéndose tan fuerte como un virus, altamente contagiosa, donde el más pequeño brote puede crecer para definir o destruir, donde un simple y pequeño pensamiento de reestructurar el sistema político puede cambiar o destrozar la mal usada democracia. 

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